domingo, 16 de septiembre de 2007

Botnia está cerca de enfrentar un juicio.

Trabajadores uruguayos de la planta iniciarán una demanda por intoxicación.
Buenos Aires.- Dos trabajadores uruguayos de la planta que la empresa finlandesa Botnia tiene en Fray Bentos podrían iniciar acciones legales contra la compañía, luego de haber resultado seriamente intoxicados durante el accidente ocurrido en la fábrica hace un mes. Según publicó el sitio de la radio entrerriana “Máxima”, se trata de Luis Quinteros y Mauricio Lapaz, quienes analizan presentar cargos contra Botnia, luego de haber sido afectados por el incidente ambiental que ocurrió en la planta el pasado 14 de agosto. Aparentemente, los obreros, quienes fueron los últimos en ser dados de alta tras el accidente, sufrirían actualmente mareos y hemorragias. El abogado de los trabajadores, Julián Goncalves Ambielle, afirmó que la empresa abandonó a sus clientes tras el episodio, a pesar de que ese día vomitaban espuma y sus compañeros creían que iban a morir. De esta forma, la empresa finlandesa podría enfrentarse a su primer juicio en Uruguay, ante el temor de los obreros de quedar con secuelas a raíz del accidente.“Quinteros y Lapaz se habían desvanecido en Fray Bentos a poco de sentir los efectos provocados por partículas de sulfuro de sodio que fue esparcido por el fuerte viento y llevado hasta la zona donde trabajaban”, explicó el abogado. Por otra parte, la directora de Medio Ambiente de Uruguay, Alicia Torres, confirmó que Botnia aún tiene varios temas pendientes para que el gobierno de Tabaré Vázquez le otorgue el permiso para abrir definitivamente su planta. “Por esta razón, no es posible determinar en qué fecha la planta podrá comenzar a operar”, dijo. (NA)

CORDOBA DICE NO A LAS PAPELERAS

Gualeguaychú
La Asamblea se reunirá con Saá y Maya en una audiencia pública.

La Asamblea Ciudadana Ambiental aprobó la invitación enviada por la fórmula presidencial Alberto Rodríguez Saá presidente y Héctor Maya vicepresidente, pero esa reunión se hará en audiencia pública en el Teatro Gualeguaychú con toda la Asamblea.
Los mismos condicionamientos se les podrán a los demás candidatos presidenciales que pasen por Gualeguaychú en su itinerario de campaña política.“Ahora tenemos que comunicarles a Rodríguez Saá y Maya la decisión de la Asamblea y para que pongan la fecha del encuentro”, dijo la secretaria de la ONG ambiental Susana Padin.“Todos los candidatos y políticos que quieran tener una reunión con la Asamblea van a poder hacerlo pero bajo estas condiciones, de hacerla en el Teatro delante de todos sus miembro y no con un grupo reducido”.En tanto se espera el tratamiento del voto verde en la Asamblea del martes que viene en el Teatro Gualeguaychú, una propuesta que es sumamente resistida por un sector de la Asamblea al considerarlo que al poner un folleto de fondo verde que lleva la leyenda “voto por la vida”, es una forma de beneficiar a los políticos que poco hicieron para resolver este conflicto, pues en una elección general como la de octubre los votos impugnados ni suman ni restan, y esa actitud beneficiaría al kirchnerismo. Por otro lado aún no hay fecha para la reunión con Cristina Fernández de Kirchner con las mujeres de la Asamblea, pese al insistente pedido.


El impacto ambiental, y el impacto “mental” que busca Botnia.


El primero lamentable, dañino, no deseado por nadie, absolutamente nadie de nosotros, ya presenta algunas exteriorizaciones como la visual, en el aire y en el agua de nuestro río Uruguay al que ya se están volcando desechos y residuos de un proceso industrial que de químico, tiene su mayor parte.o
Por ende, por más que pueda manifestar alguien que las primeras manchas detectadas en el río no eran contaminantes, ya nos están contaminando como pueblo, o al menos lo prtenden, psicológicamente.
Cabe aquí preguntarse si estas primeras apariciones anómalas de ciertas características en aguas que bañan y circundan la superficie territorial invadida por Botnia, no es que son la exposición de otras acciones engañosas más, que devendrán en el tiempo inmediato.
Hasta ahora los agresores Botnia y Finlandia, con la tolerancia y aquiescencia del gobierno uruguayo, han impuesto con relativo éxito su política de “hechos consumados”.
Increíblemente para todos nosotros, el monstruo fue autogenerándose, con la sola y magnífica interferencia que hubo de enrostrarle de manera permanente este pueblo de Gualeguaychú y su Asamblea Ciudadana Ambiental.
Con sus aciertos y sus errores, ajustada a medida de las circunstancias, y excedidas en unas pocas, las acciones de defensa en una lucha tan desigual como justa, el pueblo de Gualeguaychú es una valla infranqueable que no se puede comprar por ningún precio.
La licencia social jamás ha sido otorgada por este pueblo a semejante emprendimiento. Jamás lo será. Hay muestras sobradas a diario, a cada momento, que no existe margen para renunciamiento alguno en esta lucha inclaudicable.
Ahora bien, como en toda controversia, o peor aún en esta circunstancia en la que tenemos que enfrentar a quien se ha posicionado en un terreno que cree firme, y desde allí ya comienza su “daño” al ecosistema al que quienes le facilitaron su instalación en esta geografía naturalmente rica, no pagarán jamás su claudicación y entrega.
Pese a que ellos hayan “cobrado” –no pagado- por esa claudicación y por la ignominia a la que contribuyen, surgirán con nombres y apellidos en letras indelebles en la historia negra de los sempiternos pueblos sojuzgados, por los más poderosos intereses políticos y económicos del mundo.
Esta experiencia piloto que implementaron la semana que pasó con nosotros –la de impresionarnos con manchas anormales en el río-, y que supuestamente por ahora no conforman proceso contaminante, tienen el claro destino de “contaminarnos mentalmente”, sumiéndonos en preocupación y angustia suficiente, como para arrinconarnos en la zozobra.
Pero es que en primer lugar tendrán que reconocer en algún momento los piratas y sus cómplices, que la de aquí es gente de convicciones y conocimiento amplio sobre el por qué de la lucha.
También tenemos que conservar el grado de cohesión hasta ahora demostrado. Solidificarlo aún más. Sumar la inteligencia de cada uno, y de los que más saben. No tenemos que desaprovechar alternativas que nos permitan testear al instante y sin descanso, la depredación que ya comenzó, aunque por ahora los agresores pretendan disfrazarla o minimizarla.
Todo lo que se construya como infraestructura, no tiene porque significar monitoreo. Eso es admitirles alguna dosis de legalidad o legitimidad, que nunca alcanzarán.
Significará eso sí, que estamos atentos. No distraernos, exigiendo a nuestros gobiernos, que sostengan en toda su dimensión el pesado costo económico y humano relativo a un proceso de vigilancia permanente, sobre quiénes han demostrado no importarles absolutamente nada, de un pueblo y una región de cientos de miles de personas que lo habitan.
Mucho menos de su historia. Que desprecian y hasta pretenden burlarse de su presente. Y que prometen de manera canallesca, aniquilar el futuro nuestro.Estas son horas en las que pretenden desarrollar un fuerte “impacto mental”, pretendiendo señalarnos como exagerados en las demandas, y harán por eso todo lo posible para ridiculizarnos. No lo conseguirán. No lo conseguirán.