martes, 29 de enero de 2008


SUEÑO DE UN VECINO DE LARROQUE
El NO a las papeleras, en la cima del Aconcagua

Hace algo más de un mes, el 15 de diciembre pasado, Herman Kneeteman concretó el sueño de todo amante del montañismo, subir hasta la cima del Aconcagua, en la provincia de Mendoza. Allí se prepara para ser Guía de Montaña y trabaja llevando el equipamiento de los expedicionarios que hacen la travesía hasta la cumbre.o
En este agobiante verano de enero de 2008 y mientras usted lee esta nota y hace milagros para escaparle al calor, Herman Kneeteman está rodeado de un paisaje montañoso, dominado por la nieve, el hielo y las rocas, soportando temperaturas cercanas a los 30 grados bajo cero. Él es uno de los "porteadores" de Inka Expediciones, una empresa mendocina dedicada a prestar servicios a los escaladores que llegan en su mayoría del extranjero para alcanzar la cima del Aconcagua, la montaña más alta de América y la segunda del mundo detrás del Everest.
Los porteadores se encargan de ayudar a los escaladores con el peso extra que representa el equipo: carpas, comida y combustible, con el objeto de que no realice esfuerzos innecesarios y conserve su energía para el esperado día de cumbre. Habitualmente los porteadores acompañan al grupo en las escalas intermedias entre la base y la cima del cerro, pero no llegan a lo más alto.Cambio de rumbo
Hasta el año pasado, Herman era estudiante de medicina y aprovechaba algunos convenios que la Universidad de Buenos Aires tiene con empresas de turismo y se escapaba a lugares como Bariloche o Junín de los Andes para despuntar el vicio. Pero el llamado de la montaña fue más fuerte -al menos por el momento- y en diciembre de 2006, en cuarto año de la facultad y con 28 años de edad, suspendió sus estudios para ingresar a la escuela de Guía de Montaña de Mendoza.
Por recomendación de un profesor de dicha escuela, Herman comenzó a trabajar como porteador. Hasta aquí todo bien, pero, ¿cómo es que este larroquense, uno de los tres hijos de la Profesora Inés Fracarolli ascendió hasta los 6.962 metros sobre el nivel del mar?. La ocasión se dio mientras una delegación sudafricana participaba del ascenso, y aquel profesor -que en ese momento oficiaba de guía- le propuso a Herman acompañarlos hasta la cima, hecho que se produjo el 15 de diciembre.
El hecho cobra trascendencia por ser, sin duda, el primer larroquense en lograr esta hazaña y quizá el primer entrerriano en hacerlo. Cabe señalar que el ascenso por la denominada ruta normal es, técnicamente, el menos exigente ya que se hace caminando, sin usar cuerdas ni arneses. A lo sumo se utilizan grampones que se colocan en las botas para andar en las zonas con hielo, piquetas (herramienta de mano que se clava en el hielo) y bastones, similares a los de esquí.
Al igual que en las rutas más complicadas, el ascenso dura varios días y pasa por diferentes etapas y aclimataciones. Las más destacadas son Plaza de Mulas, a 4.250 m., campamento base al que se llega caminando, mientras que el cargamento llega a lomo de mulas. Las últimas tres etapas antes de la cumbre se llaman campos y están a 4.900 m. (Plaza Canadá); 5.400 m. (Nido de Cóndores) y a 6.000 m. (Berlín). La parada en cada campo -de hasta dos días- sirve para que el organismo se vaya acostumbrando al escasísimo oxígeno que se encontrará en la cumbre, sólo un 30 % de lo que respiramos en el llano.
Para cualquiera de nosotros, dar unos cuantos pasos cerca de esta montaña ya significaría un hecho digno de ser contado, pero para Herman, que pasa la mayor parte del tiempo en la ciudad de carpas estructurales montada en Plaza de Mulas, la verdadera aventura de la historia que hoy contamos comenzó a las 2 de la mañana del 15 de diciembre con 30 grados bajo cero. A esa hora partió desde el campo 3 junto con la delegación sudafricana y al guía, rumbo a la cumbre. A medida que ascendían el clima fue desmejorando y cuando llegaron a la cúspide (a las 13,30 hs.) la nevada dificultaba la visión. Eso deslució un poco las fotos de la cruz de hierro enclavada en el punto más alto de América, ya que no se pudo apreciar el entorno de los picos nevados ni el paisaje infinito que incluye la visión de una parte de Chile e inlcusive, del océano Pacífico. En ese momento la temperatura había subido 10º C, estaba en -20º C.
Gentileza Periódico Acción Larroque

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