domingo, 20 de abril de 2008

Avanzan proyectos para instalar tres papeleras en el sur de Brasil

El Estado brasileño de Rio Grande do Sul (donde se instalará la represa Garabí) aprobó la semana pasada una ley que establece nuevas reglas para el establecimiento de plantaciones de especies arbóreas exóticas.El nuevo esquema abre las puertas para la continuidad de al menos tres mega proyectos industriales en la zona, que estaban frenados por limitaciones establecidas en el anterior régimen.Se trata de las papeleras que analizan instalar las empresas Aracruz, Votorantim Celulose e Papel (VCP) y Stora Enso. Sólo dos de estas iniciativas suponen una inversión total de 4.800 millones de dólares.Los proyectos de forestación que analizaban desarrollar estas empresas en terrenos del Estado del sur de Brasil, estaban suspendidos desde hacía más de un año por inconvenientes suscitados a la hora de obtener los permisos para forestar en grandes superficies.Pero, con la aprobación del nuevo esquema de “Zoneamento Ambiental” (similar a los proyectos de ordenamiento territorial que se analizan para Misiones) elimina la necesidad de estudiar uno por uno las solicitudes para forestar y establece nuevas reglas con respecto a los terrenos que podrán destinarse a cultivar eucaliptus y pino y libera así el territorio para las plantaciones de exóticas.De este modo se garantizó a las compañías la disponibilidad de terrenos para establecer la base forestal que servirá para abastecer a las plantas industriales que se montarán posteriormente en locaciones que aún no fueron definidas.“La aprobación de esta norma tiene un gran significado porque genera seguridad para todos. Para la sociedad y el Estado, porque impone límites claros a la actividad silvicultural y a los empresarios porque define reglas claras”, consideró el secretario de Medio Ambiente de Río Grande do Sul, Carlos Otaviano Brenner de Moraes, en declaraciones reproducidas por el diario brasileño Zero Hora.Inversiones millonariasEl proyecto que está más avanzado corresponde a la empresa Aracruz, que ya cuenta con la licencia industrial para montar una planta en la ciudad de Guaíba, pero todavía no anunció su instalación en la zona y había condicionado la continuidad de su proyecto a la aprobación de la ley finalmente se sancionó la semana pasada.Esta compañía prevé una inversión total de 2.800 millones de dólares que incluye la forestación de 160 mil hectáreas, 75 mil de las cuales ya están plantadas.La segunda iniciativa corresponde a la firma Votorantim Celulose e Papel (VCP), cuyos directivos anunciaron a la prensa brasileña que retomarán los trabajos después de haber mantenido suspendido el proyecto.Actualmente esta firma realiza el estudio de impacto ambiental, trabajo requerido por la Fundación Estadual de Protección Ambiental (Fepap) para obtener la licencia necesaria para el establecimiento del proyecto.En total esta empresa prevé una inversión de dos mil millones de dólares que incluye la forestación de 140 mil hectáreas para abastecer su industria.Los trabajos de elaboración del estudio de impacto ambiental estaban en su fase final cuando fueron detenidos, hace poco más de un año, debido a indefiniciones respecto a las reglas de forestación en el Estado del sur brasileño, situación que fue superada con la aprobación del nuevo Zoneamento Ambiental.Desde la empresa estimaron que el estudio ambiental estará finalizado en el segundo semestre del año, y recién entonces se anunciará la localización de la planta industrial.Según el director forestal de la VCP, José María de Arruda Mendes, varios municipios se disputan la radicación de la planta, entre ellos Arroio Grande, Capão do Leão, Cerrito, Pelotas, Pedro Osório y Río Grande.El tercero de los emprendimientos planeados corre por cuenta de la firma Stora Enso, que planea instalarse en la frontera Oeste del Estado de Rio Grande do Sul.Si bien desde la compañía dejaron en claro que consideran que la aprobación del nuevo esquema forestal fue un paso muy importante, se ocuparon de resaltar que su proyecto se encontraba limitado por otros factores. Una de las trabas que enfrenta este proyecto tiene que ver con leyes de defensa de la frontera que rigen en Brasil. Ocurre que en el vecino país existen fuertes limitaciones a la compra de terrenos en zonas de frontera por parte de extranjeros, sean personas o empresas y la zona en que esta compañía pretende instalar su planta industrial y su base forestal está alcanzada por esta reglamentación.En consecuencia, el avance de este proyecto depende de una modificación de esta reglamentación o bien de un permiso especial que puede otorgar el Consejo de Defensa Nacional del Brasil. (Fuente: Zero Hora del Basil y Apfmercosur).

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