lunes, 23 de abril de 2007


La Municipalidad está arreglando una joya del patrimonio arquitectónico de la ciudad de Córdoba.

Se registra un avance del cuarenta por ciento en la obra de restauración del Chalet San Felipe, donde próximamente funcionará la Incubadora de Industrias Creativas y Empresas Culturales. Con estos trabajos, que requerirán una inversión de 684.353,60 mil pesos y estarán finalizados en julio del presente año, se pondrá en valor un edificio de gran riqueza histórica. Las tareas, que fueron planificadas por los profesionales y técnicos de la Dirección de Arquitectura comunal, contemplan el ordenamiento del esquema circulatorio horizontal y vertical, además de la modificación de la escalera principal. También se ejecutan nuevos servicios sanitarios, oficinas y se concretan arreglos de pisos y zócalos. Otras mejoras incluyen revoques, molduras cielorrasos, labores de carpintería, herrajes y el reacondicionamiento de todas las salas. Más adelante, será optimizada la instalación eléctrica, por lo que se recuperarán las luminarias y los artefactos originales, a la vez que se agregará una instalación de calefactores a gas en todas las salas. Al mismo tiempo, serán reparadas cubiertas, luceras y las superficies interiores y exteriores. La historia Se trata de un edificio que está ubicado en Diego de Torres y Pedro de Escobar de barrio José Ignacio Díaz Primera Sección, al sur de avenida Sabattini al 3.500, cuya construcción fue finalizada en 1910 de acuerdo a las líneas de la arquitectura italianizante y francesa. En las décadas del treinta y el cuarenta se convirtió en un atractivo tradicional para los paseantes, ya que en aquellos años contaba con un camino de siete cuadras que permitía desarrollar caminatas. Actualmente, el chalet se redujo a menos de una manzana de las 350 hectáreas que ocupaba originalmente y el desarrollo de la ciudad lo sumergió en una populosa barriada. La propiedad tiene un valor propio por su historia: José Ignacio Díaz, nacido en 1862 e integrante de una familia tradicional de la Docta, fue el consignatario de hacienda original y ordenó la ejecución del casco de la estancia. En honor a su padre, José Ignacio bautizó al chalet con el nombre de “San Felipe”. La construcción cuenta con una superficie cubierta de 740 metros cuadrados, en tanto que el terreno ocupa más de 11.180 metros. Posee dos niveles visibles y una torre con mirado y sótano en sector de servicio, en tanto que en la planta baja se encuentran una serie de salas intercomunicadas, la zona de servicio y una escalera de madera. El sector es rodeado por una galería con estructura de madera y teja francesa, mientras que a la planta alta se accede a un hall de distribución y a través de ella a salas con expansiones a las terrazas. Además, el techo exhibe una gran pendiente, cubierta de chapa con zinc y tablillas solapadas.

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