domingo, 2 de marzo de 2008

Gendarmería frustó la protesta


Sólo unos pocos intentaron pero no pudieron cruzar
GUALEGUAYCHU.- Con la lectura de una consigna en la que declararon "terrorista ambiental" a Botnia, y música con letras ajustadas a la lucha contra la pastera, un grupo de asambleístas de Gualeguaychú llevó a cabo la manifestación convocada para contrarrestar el festejo que, en Fray Bentos, organizó la empresa Botnia.
Pero la actividad estuvo lejos del despliegue anunciado y de la convocatoria esperada. No hubo cruce al territorio uruguayo, ni manifestación por "agua y tierra" como lo habían aprobado en la asamblea.
La protesta se concentró en el puente internacional San Martín, hasta donde lo permitió la Gendarmería. De ese modo, la presencia de uniformados de ambos países involucrados en el conflicto pareció colmar un escenario un tanto despoblado de manifestantes.
"No vino nadie en comparación a lo que han sido cada una de las manifestaciones anteriores de la asamblea, pero eso fue porque a la hora de la convocatoria estaba lloviendo fuerte en Gualeguaychú", admitió el asambleísta José Pouler, en diálogo con LA NACION.
Al margen de lo decidido, la intención de acceder a suelo uruguayo se hubiese topado con el obstáculo concreto del cordón de gendarmes argentinos. "No se puede pasar", afirmaban con tono seco ante cada interesado en llevar más allá la manifestación. A unos trescientos metros, también sobre el puente, una formación de prefectos uruguayos se desplegó por la cinta asfáltica. La incertidumbre climática -hubo amenaza de tormenta todo el tiempo- contagió el ánimo de los asambleístas que no terminaban de ponerse de acuerdo en los anuncios hasta bien entrada la tarde.
Ayer, la protesta dejó el sabor a poco, tras los anuncios formulados durante toda la semana anterior por los asambleístas. Lo que no faltaron a la cita fue el humo amarillo que silenciosamente despedía la chimenea de Botnia y un fuerte olor ácido a coliflor hervida que no pasó inadvertido para nadie.
Jorge Riani

Cerraron toda la zona para un festival
FRAY BENTOS.- "Un candado." Esa expresión fue utilizada por una funcionaria uruguaya para describir el férreo dispositivo de seguridad que instrumentaron las autoridades del gobierno de Tabaré Vázquez ayer en esta ciudad, mientras Botnia festejaba con el pueblo de Río Negro la puesta en funcionamiento de su planta de celulosa.
El "candado" evitó que los representantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú aguaran la fiesta que Botnia organizó en el complejo deportivo de esta ciudad: un megarecital como nunca hubo en esta zona del país oriental.
Policías en las rutas, controles en caminos secundarios y todos los accesos, detención de los vehículos incluso uruguayos, para interrogar sobre su destino. Ese fue el clima que se vivió. Los efectivos de Prefectura en el control del ingreso por el Río Uruguay complementaron el operativo y una fuerza especial de la Armada estuvo a disposición en caso de que su participación fuera necesaria. Dos asesores de la ministra del Interior, Daisy Tourné, uno en seguridad, y otro, en comunicación, estuvieron en la zona para informar todo lo que ocurría.
La Gendarmería argentina también ayudó a sustentar este "candado" en Fray Bentos al impedir el ingreso al Uruguay de los manifestantes de Gualeguaychú (de lo que se informa por separado).
De esta manera, con el contingente de militantes anti-Botnia bastante alejado, los fraybentinos bailaron desde temprano al ritmo de "Karibe con K", el grupo bailantero más popular de este país.
Lo que sí conspiró contra el festejo fue el tiempo: una tarde gris que cada tanto descolgó una molesta llovizna. A las 19.45, el chaparrón fue más intenso y la gente volvió a sus casas. Lo hizo sin correr, con la calma que caracteriza a la población de esta ciudad.
"¿Qué vienen a ver?", preguntó LA NACION a dos mujeres que junto con sus hijas eran las primeras de la fila para entrar al show , algunas horas antes de que éste comenzara. "La Karibe", respondieron con una sonrisa, mientras sujetaban las sillas de playa que llevaban al recital. Eso, pese a que en la lista de músicos del megarecital estuvo Jaime Roos.
Despliegue
La presencia de Botnia en esta zona se materializa en la gran chimenea de su fábrica sobre el Río Uruguay; la misma que enfurece a la gente de Gualeguaychú y que da esperanza a esta ciudad que vivía una agonía de años, por no tener industrias ni comercio activo.
Ayer la presencia de Botnia estaba en remeras, banderas, carteles, todo lo que giraba en torno a "Siete toques", el nombre del espectáculo con entrada gratuita. El show tuvo un inusual despliegue de organización, cotillón y seguridad, para una ciudad del interior uruguayo. Nunca en Fray Bentos, capital de Río Negro, se había montado un escenario como el que recibió ayer a las bandas convocadas, en el polideportivo Juan B. Tiscornia. El montaje del escenario ya mereció la curiosidad de los lugareños en los días previos al show. Mucha gente vivió el espectáculo desde afuera, parados sobre la vía del ferrocarril, que desde 1988 se usa poco y nada. Otros miles llegaron con sus sillas al predio deportivo y muchos donaron a la entrada, como Botnia había pedido, un paquete de alimento no perecedero.
Ayer la gente de Fray Bentos no vivó específicamente a Botnia, sino a los músicos, pero todo se percibía como un aval popular a la empresa finesa, que se instaló acá con fábrica de celulosa y terminal portuaria propia. El animador recordó en más de una ocasión que la fiesta era "un regalo de Botnia a toda la comunidad de Fray Bentos".
"Esto ya fue una fiesta", dijo la gerente de Comunicaciones Florencia Herrera a LA NACION cuando el operativo "candado" era todo un éxito.
Por Nelson Fernández Corresponsal en Uruguay

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