sábado, 15 de marzo de 2008

La UE advirtió sobre el cambio climático e impactos territoriales

El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, alertó el jueves en la Cumbre de la UE que el cambio climático puede incrementar las presiones migratorias al acelerar la desertización de algunos países, y dijo que esta amenaza debe abordarse de manera “multilateral”.
Solana fue el autor de un informe sobre el impacto del cambio climático en la seguridad que fue debatido por los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países que participaron de la Cumbre que se realizó en Bruselas.El documento -que fue presentado el 13 de marzo- es una poderosa herramienta para la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú que se opone a las operaciones de Botnia en la cuenca del río Uruguay.El informe alerta de que el cambio climático incrementará la presión migratoria y los conflictos en los países de tránsito y de acogida de los inmigrantes. También aumentarán los enfrentamientos sobre los recursos de las regiones polares, que podrán explotarse gracias al calentamiento global.También aclaró para los más renuentes que el informe no es “alarmista” sino una “descripción de la realidad” y destacó que el proceso de desertización acelerado por el cambio climático “genera problemas económicos, humanos y de conflictos potenciales entre países”. A su juicio, la UE debe prepararse para hacer frente a estas amenazas porque “tiene un compromiso de luchar por la seguridad de nuestro planeta”.“El tema de la desertización tiene o puede tener consecuencias en forma de algunas migraciones que estén influidas por el cambio climático. Por lo tanto, hay que tomarlo en consideración de una manera sensata, responsable, razonable y con el empeño de hacerlo multilateralmente”, señaló el Alto Representante.“Lo que pone de manifiesto el cambio climático es que no son cuestiones que afectan a un solo país, se puede generar en un país pero afectan a más de un país”, insistió el Alto Representante. Por ello, abogó por una “soberanía responsable” que permita resolver estos problemas “en el marco multilateral”.El informe de Solana subraya que “el cambio climático puede considerarse como un multiplicador de amenazas que exacerba las tendencias, tensiones e inestabilidades existentes”.“El principal desafío es que el cambio climático amenaza con sobrecargar Estados y regiones que son ya frágiles y propensos al conflicto. Es importante tener en cuenta que los riesgos no son únicamente de carácter humanitario; incluyen también riesgos políticos y de seguridad que afectan directamente a los intereses europeos”, se afirma en el documento que posee once carillas.El texto que presentó Javier Solana a la UE dedica un apartado específico a la inmigración inducida por el medio ambiente y resalta que “las poblaciones que ya sufren pobres condiciones de salud, desempleo o exclusión social son más vulnerables a los efectos del cambio climático, que puede amplificar o desencadenar migraciones dentro de un país y entre países”. En este sentido, recuerda que la ONU ya ha pronosticado que habrá “millones” de migrantes medioambientales en 2020.Por otra parte, el Informe Solana recalca que a raíz del cambio climático “aumentará la escasez de alimentos y agua, agravará la pobreza, empeorará las condiciones de salud, generará una competición para controlar los recursos y, si los países más débiles no pueden adaptarse, puede conducir a más inmigración forzada”.El cambio climático puede incluso llegar a aumentar la “inestabilidad” política en Estados débiles al sobrepasar la ya limitada capacidad de estos Gobiernos de hacer frente de manera eficaz a los desafíos a los que se enfrentan. “La incapacidad del Gobierno de responder a las necesidades de su población o de dar protección frente a los problemas provocados por el cambio climático puede desencadenar frustración, producir tensiones entre diferentes grupos étnicos y religiosos dentro de un país y causar radicalización política. Esto podría desestabilizar países y regiones enteras”, señala el documento.Para el ministro europeo de Exteriores el cambio climático no implica únicamente riesgos climáticos, también presenta “serios riesgos de seguridad” para todo el planeta. Y paso seguido, Javier Solana, advierte -entre otros riesgos- los problemas que ocasionarán las migraciones masivas, las sequías, las hambrunas, los cortes de suministros energéticos y los conflictos bélicos por el control de los territorios con recursos, especialmente el acceso al agua dulce y potable.En las once páginas del informe de Solana se recuerda que en muchas regiones ya se produce una disminución del suelo cultivable, escasez de agua, disminución en los suministros de alimentos e inundaciones y sequías, y considera que se reducirá el agua dulce disponible “hasta un 30 por ciento en algunas regiones”, lo que luego provocará que disminuya la producción agrícola y se eleven hasta cotas insostenibles los precios de los alimentos en todo el planeta”.El reporte, que parece destinado a movilizar a los gobiernos europeos a hacer grandes inversiones para frenar el calentamiento climático en momentos en que las perspectivas económicas no son buenas, reconoce que Europa sola no podrá frenar estas dinámicas y aboga por un esfuerzo en la ONU y el compromiso de los grandes contaminantes, Estados Unidos y China. Y, en consecuencia, pide que los europeos se doten de medios “para detectar situaciones de fragilidad del Estado y de radicalización política, tensiones sobre recursos y desabastecimientos de energía, conflictos fronterizos y movimientos migratorios”. Y llama para que en el Viejo Continente se aumente su capacidad “civil y militar” para dar respuesta a esta crisis.El cambio climático fue valorado como el riesgo número uno en materia de seguridad que se vivirá en el siglo XXI y sus consecuencias afectarán principalmente a las regiones más pobres e inestables como Africa, Asia y América Latina donde se padecerá la falta de agua potable y la pérdida de miles de hectáreas de tierras fértiles.La UE debe tomar conciencia de que el acceso al agua dulce por parte de Botnia es abundante y gratuita, mientras que para los pobladores ribereños se trata de un recurso escaso, con costos y no renovable. El agua no debe ser considerada una materia prima sino el primer alimento del hombre, en consecuencia es un bien social. Y cabalgando en este escenario, también debería saber que el monocultivo de eucaliptos, la extranjerización de la tierra que azota a la región y la violación a tratados internacionales, son caldo de cultivos de violencia social y degradación entre países hermanos alimentados por empresas europeas como Botnia. Para detener el cambio climático, hay que detener el traslado de las industrias sucias del hemisferio norte al sur y aceptar el veredicto de las licencias sociales de las poblaciones locales.¿Quién es Solana?Javier Solana Madariaga es el autor del informe que se presentó hace 48 horas a la Unión Europea.Está casado con Concepción Giménez y es padre de dos hijos, y es nieto del escritor y diplomático republicano Salvador de Madariaga.Tras concluir su mandato al frente de la OTAN, el español Solana se convirtió en 1999 en el primer “Míster PESC” o encargado de la política exterior y de defensa de la Unión Europea. Desde entonces, y especialmente a partir de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, el terrorismo constituye una de sus principales preocupaciones, y no duda en afirmar que “se trata de una de las más importantes amenazas estratégicas a las que se enfrenta la Unión”, a la que ahora la desplazó por una amenaza aún mayor: el cambio climático y los problemas por el acceso al agua y la desertificación de la tierra.Solana fue nombrado en julio de 2004 secretario general del Consejo de la UE y Alto Representante de la UE para la PESC, para un segundo mandato de cinco años. Asimismo se decide que será nombrado ministro de Asuntos Exteriores de la UE.También es miembro de la sección española del Club de Roma y del Consejo Internacional del Centro Simón Peres por la Paz. En el año 2000 fue nombrado caballero de la Orden de San Miguel y San Jorge (Reino Unido), además de recibir la Gran Cruz de la Orden de Carlos III (España, 1997) y la Gran Cruz de Isabel la Católica (España, 2000), entre otros honores. Su trayectoria hace de este político y físico madrileño -es autor de más de 30 artículos y trabajos sobre esta materia- el español que más puestos de relieve ha ocupado en la escena política internacional.

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