miércoles, 9 de mayo de 2007


Existe un alto riesgo de sufrir un ataque cerebrovascular cuando se es mayor de 45 años.
Uno de cada cuatro hombres y una de cada cinco mujeres sufrirán un ataque cerebrovascular a partir de los 45 años como consecuencia del estrés, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión y la vida sedentaria, alertó un informe dado a conocer en un encuentro nacional de neurocirujanos.
El estudio, que fue realizado por el Instituto Médico Eneri, fue presentado en "La semana del intervencionismo mínimamente invasivo" que se realiza en la Ciudad de Buenos Aires con la participación de la federación mundial que nuclea a las asociaciones de neurocirujanos (FEMAN). El director del Eneri, Pedro Lylik, fundamentó esas cifras en consensos médicos internacionales y "en el aumento en la segunda etapa de la vida de situaciones de estrés y estilos de vidas sedentarios" que afectan al sistema arterial. Lylik puntualizó que algunos cuadros de tabaquismo, obesidad e hipertensión "predisponen a la persona a sufrir un ataque cerebrovascular o stroke" debido a que ayudan "a la formación de coágulos" que pueden impactar en las células cerebrales. El stroke mata a esas células debido a la oclusión de la arteria que las alimenta o a una hemorragia cerebral. Algunos de los síntomas con los que se manifiesta el ataque cerebrovascular pueden ser debilidad facial, de un brazo o de una pierna, trastornos del lenguaje o pérdida de la visión en la mitad del campo visual o ceguera de un ojo. También, un ataque cerebrovascular suele provocar mareos continuos, intensos dolores de cabeza y una tendencia exagerada al sueño, que de no tratarse puede poner en una situación de emergencia al paciente con un cuadro severo de discapacidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que el stroke se cobró la vida de 5.700.000 personas en 2005 y constituye el 10% de todas las causas de muerte a nivel mundial. Lylik acotó que "lo fundamental es no ignorar los síntomas y realizar tareas de prevención y tratamiento temprano, las cuales aumentan las chances de tener una excelente recuperación". "Si bien el stroke es la tercera causa de muerte en el mundo, hay que recordar que es la primera en ocasionar discapacidad", destacó el neurocirujano. El profesional señaló que "en materia intervencionista se avanzó en la extracción de coágulos de forma mínimamente invasiva que permiten una mejor recuperación del paciente". El médico acotó también que "en la actualidad se puede lograr la detección de coágulos antes de que se produzca el infarto, mediante el uso de tomografías y resonancias magnéticas". Lylik destacó entre algunas medidas de prevención "el no fumar, realizar actividad física, controlar la presión arterial y la obesidad, que forma placas grasas en las arterias" y favorece a la producción de coágulos. En Argentina prácticamente no hay estudios poblacionales que indiquen incidencia ni prevalencia de stroke y hay muy pocos registros hospitalarios que son de difícil extrapolación a la población. El Registro Nacional de Stroke evidenció una frecuencia en el país de un 61% de casos de stroke isquémico y 38,6% de hemorrágico. En tanto, que las experiencias hospitalarias comentadas en el encuentro médico, coinciden en que la mayor propensión al stroke que se registra en la población femenina obedece a que a partir de los 50 años baja la protección hormonal a las arterias.

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