lunes, 26 de marzo de 2007


El co manejo busca cerrar las viejas heridas con los pueblos originarios.
Se aplica con éxito en el Parque Nacional Lanin desde el año 2000, y significa un manejo y responsabilidad compartida sobre el territorio por parte de la comunidad mapuche y la Administración de Parques Nacionales (APN).
Por Alejandro San MartínEn el año 2.000, la Confederación Mapuche Neuquina y la Administración de Parques Nacionales (APN) acordaron trabajar en conjunto en el manejo de los recursos; el manejo del territorio y en la toma de decisiones, en una política que lleva la denominación de “co manejo”, y que ha permitido acercar a dos culturas separadas por siglos de incomprensión mutua.El Lonco Aníbal Canicul, una voz respetada en la comunidad, maneja un camping en la Bahía Canicul, frente al Lago Huechulafquen, una de las experiencias del co manejo que pueden considerarse como un paso exitoso del sistema implantado.“Cuando se dio el co manejo, cambió un poco todo. Parques Nacionales fue cambiando, los guardaparques comenzaron a trabaja más junto con nosotros, que como decimos, somos pequeños emprendedores turísticos”, precisó.De hecho, la comunidad maneja tres camping organizados y otros muchos agrestes, pero con muy buen estado de conservación y de limpieza, tarea que realizan los propios mapuches.“No fueron difíciles las tratativas con la gente de Parques porque tuvimos siempre un diálogo abierto entre ambas partes. Primero tuvimos que presentar toda una serie de documentación como personería jurídica, que exigía la APN”, agregó el primo del Lonco, Andrés Canicul.Sin embargo, este proceso que ahora parece relativamente fácil, debió sortear todo una serie de obstáculos a los largo de los siglos cuya impronta de cambio apareció en primera instancia con la reforma constitucional de 1994.La historia cuenta que cuando se decide la creación de los Parques Nacionales, había otro modelo de estado que fue deviniendo con los tiempos hasta llegar al viejo paradigma de la conservación, interpretada como de “puertas adentro”, es decir, que los parques estuvieran vacíos de gente, y eso incluía específicamente a los mapuches.“Después llega la constitución, con algunos vaivenes que respondían más a cuestiones personales que institucionales, pero es el tiempo que los mapuches empiezan a hacer valer esos derechos, y se llega a una crisis, hasta que surge esto del co manejo”, sintetizó Marcelo Stancanelli, guardaparques del Lanin.“Ahora lo que se busca es integrar tanto a las áreas protegidas como a las comunidades locales, pero también vincular con ciudades o pueblos que estén al lado para articular y que no funcione como una isla de conservación. En este momento hay dos comunidades viviendo dentro de esa área protegida”, agregó.En el lugar funciona un comité local que reúne a la comisión directiva de los mapuches y a los guardaparques con el objetivo de resolver cuestiones tales como el manejo de la ganadería, el del turismo o la leña a recolectar.“Las decisiones con compartidas y tomadas de igual manera. Parques se pone a disposición de las comunidades y entendiendo que hay necesidades de las mismas que hay que resolver, pero tenemos que tener en cuenta que esto recién comienza”, señaló por su parte, Hugo Nieto, encargado de la delegación centro del Parque Nacional Lanin.Las instancias superiores al comité local son el comité de gestión y el co manejo, ésta última con oficinas en el parque, algo inédito, donde se reúnen representantes de ambos sectores. La presidencia la ejerce el intendente del parque y la comisión directiva de la confederación mapuche.“La co administración implica también responsabilidades, o sea, las decisiones que antes correspondían sólo a parques se comparten y por lo tanto la responsabilidad de administrar sus propios territorios también recae sobre al comunidad mapuche”, remarcó Stancanelli.“Desde parques lo que queremos es seguir conservando estos ambientes naturales que son importantísimos en cuanto a valores, pero que eso se haga también con un desarrollo equitativo y social para las comunidades que durante un montón de años no lo tuvieron”, agregó.La exitosa experiencia de co-manejo de la Administración de Parques Nacionales (APN) y siete comunidades mapuche en el Lanín, disparó la necesidad de replicar esa decisión en otras nueve áreas protegidas mediante la creación del Consejo Asesor de Pueblos Originarios.Este Consejo estará integrado por los indígenas que habitan dentro o cerca de esas zonas protegidas, y su creación está basada en el reconocimiento hacia los saberes y la relación que los originarios tienen con la naturaleza.A la experiencia de Parque Nacional Lanín, en el marco del reconocimiento a las pautas de uso, acceso y control de los recursos surgidos del saber ancestral de los originarios, se sumarán Pozuelos, donde habitan los coya; Calilegua, con la comunidad guaraní; Iguazú con los mbya guarani; Pilcomayo con los toba; la reserva toba Teuco Bermejito; Quijadas, donde viven los huarpe; Nahuel Huapi y Laguna Blanca, y la Reserva Pizarro con la comunidad wichi

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